Educación y sociedad siempre han ido de la mano; pero José Antonio Castorina lo ha llevado a otro nivel.
Este autor, en Psicología Genética, describe lo que dio en llamar “la ilusión del niño asocial”. En el mismo explica: la psicología genética ha postulado la tesis de universales cognoscitivos; es decir, la existencia de un mecanismo general de constitución de los conocimientos (equilibración) y de nociones de base (invariantes nocionales), las cuales se elaboran en todos los individuos y en un orden secuencial constante. Pese a ello, continúa exponiendo Castorina, numerosas investigaciones dan muestra de hechos que refutan tal aseveración. Por ejemplo, algunas tribus de Australia no llegan a formar la conservación de la materia; y en otros pueblos, la estructuración de invariantes espaciales son precoses; asimismo, se encontraron variantes en subgrupos adolescentes pertenecientes a un mismo territorio. Todo esto lo lleva a afirmar “que las prácticas sociales diferenciadas, propias de una determinada organización social, al atribuir o no significado a los objetos, puede influir en el proceso constructivo del conocimiento”.
Educación y sociedad deben ir estrechamente ligadas, de modo que la segunda sirva de guía para la primera; pero no en el sentido de pretender igualdad, sino como una herramienta de evaluación de las diferencias socio-culturales.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.