El cambio de residencia, y los grandes cambios, conllevan dificultades tanto para grandes como para pequeños.
Pierre Weil, nos advierte sobre los cambios emocionales y comportamentales que suelen mostrar los niños luego de este tipo de cambios; aun más, el autor sostiene que hasta una pequeña modificación, como por ejemplo en la posición de la cama, pueden producir malestar.
Los niños necesitan de un ambiente de tranquilidad y continuidad; pero muchas migraciones son inevitables; una enfermedad, un mejor empleo o la cercanía de la familia, obligan a los padres a tomar este tipo de decisiones. Ante esto, lo más importante es modificar lo menos posible el entorno del niño. Se debe tratar de conservar el mismo mobiliario, el mismo color en las paredes, la misma ropa de cama, los juguetes y la disposición espacial; tanto de la habitación del niño como de la residencia en general.
Pese a todo, debemos estar consientes que si una pequeña modificación suele conllevar al niño dos o tres días de adaptación; un cambio de residencia, según sean las características, mayor tiempo de adaptación le llevará.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.
Si, es totalmente verdad que los cambios de residencia afecta a toda la familia, tanto a pequeños como a mayores. Esos primeros meses es muy importante que todos se sientan apoyados.