El autoconcepto se define como la imagen mental que cada persona tiene de sí misma; más específicamente, como el concepto que cada uno posee de sí mismo. El autoconcepto comienza a formarse desde que somos pequeños y en base a diferentes parámetros: apariencia física, habilidades cognitivas y sociales, destrezas, etc. Es una construcción dinámica; es decir, capaz de transformarse, cambiar, mudar. Como seres humanos somos capaces de modificar la concepción que tenemos de nosotros mismos en base a nuevas experiencias y a la influencia y retroalimentación con el medio que nos rodea (especialmente con nuestros vínculos más cercanos).
Debemos diferenciar al autoconcepto de lo que es la autoestima y la autoimagen. Mientras el primero refiere al ámbito cognitivo (pensamiento), el segundo está más emparentado al amor propio (emociones) y el tercero a la imagen corporal (físico). Aunque valga aclarar que todas están íntimamente relacionadas; por ejemplo, no podemos tener una sana autoestima si nuestro autoconcepto es pobre o si nuestra imagen corporal no es objetiva.
Un autoconcepto positivo se vincula a una sana autoestima, a mayor tolerancia a la frustración, mejor manejo de las emociones, mayor capacidad para resolver y afrontar problemas y a una lectura más objetiva de la realidad.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.