Los neoyorquinos A Place To Bury Strangers vuelven a Madrid para presentar su último disco «Worship», que supone su tercer largo y el primero en Dead Oceans Records tras su salida de Mute Records. Su popularidad, a fuerza de unos conciertos construidos con vengativo ruido, se ha extendido rápidamente y con tan solo tres discos ya empiezan a ser considerados unos maestros en la escena noise-rock.
Oliver Ackermanne (voz y guitarra), Jono Mofo (al bajo) y Jay Space (a la batería) han vuelto a hacer que Nueva York se sacuda a golpe de distorsión. Por algo Ackermanne es fundador de la compañía de pedales de efectos Death By Audio.
A Place To Bury Strangers es un grupo en blanco y negro que recuerda poderosamente a los Jesus & Mary Chain de finales de los ochenta, con esa voz de Oliver que llega desde el final del pasillo, por esas guitarras áridas que conducen por una mareante espiral y esos golpes de batería contundentes, con esos parones tan sexys.
Fans de The Horrors, My Bloody Valentine, Suicide, Bauhaus, los grupos shoegazers de los noventa e incluso los Stooges, por poner sólo algunos ejemplos, disfrutarán como nunca con el concierto que A Place To Bury Strangers ofrecerá en Madrid el próximo 1 de noviembre. Por algo han girado con bandas afines a sus parametros artisticos como MGMT, Nine Inch Nails o Black Rebel Motorcycle Club.