Usar una crema antiarrugas no sólo se trata de elegirla por la marca, el costo o los ingredientes pues la eficacia de ésta depende mucho de su correcta aplicación.
El mundo moderno nos exige tanto que utilizar estos productos ya es parte del día a día, no sólo como cuestión de corrección sino también como prevención, pero de nada nos sirve llenar nuestro kit de todo tipo de productos si los aplicamos de manera errónea por lo que terminamos desmotivándonos al no ver resultados.
Para esto lo mejor es preparar el rostro antes de aplicar cualquier tipo de crema, entendiendo que funcionan por medio de la absorción de la piel es que debemos limpiar debidamente la cara, primeramente desmaquíllate con alguna leche limpiadora, después limpia tu rostro con aceites contra impurezas libres de alcohol y finalmente aplica la crema.
Los puntos estratégicos son la nariz, frente y mentón, así como las mejillas, con un punto del tamaño de la yema de tu dedo en cada una procede a esparcir de manera suave y notarás la diferencia.