Cuenta la leyenda que el presidente la lujosa casa francesa de Hermes chocó accidentalmente con una famosa cantante inglesa apellidada Birkin, que siempre se quejaba de con encontrar un bolso que siguiese su ritmo a tope, la cantante en cuestión llevaba una cesta de paja, para meter todo lo que necesitaba, él amablemente le diseño un bolso adecuado, y le puso su nombre. Esta es la historia del famoso bolso Birkin.
De alto precio, son puro marketing, son divinos, elegantes, prácticos y muy urbanos.
Llevar un Birkin, es llevar diseño y glamour, ya vimos en Sexo en Nueva York que la lista de espera es larga y no asequible a todos los bolsillos, ni a las American Express si quiera.
Su amplicidad, los numerosos bolsillos interiores y su forma cuadrado le hace el bolso perfecto para cada ocasión.
Valen lo que cuestan, su interior es del mismo color que los del exterior, son de piel de calidad, algunos son de piel de avestruz, serpiente o cocodrilo. Están cosidos a mano, y los detalles son de plata y de oro.
Gaultier en el año 2004, actualizó en Birkin, alargando los asas para que fuese más cómodo al poder colgarlo del hombro lo llamó “shoulder Birkin” aunque sobre gustos no hay nada escrito
El hermano del bolso Birkin es el Kelly, no es ni de más ni de menos categoría y no tienen nada que envidiar nada el uno al otro, el Kelly se llama así porque lo puso de moda En 1950 Grace Kelly siendo portada de la prestigiosa revista Life con él.
Los dos bolsos son de una línea parecida aunque el Kelly de un tamaño más pequeño, más coqueto y más mono. Aunque como curiosidad, el autentico bolso Kelly en principio era de un tamaño muy superior al actual.