Si estás buscando tener un hijo y se te ha dificultado por vía natural, quizá ya hayas leído o escuchado sobre las opciones no naturales, en este caso la fecundación in vitro.
¿De qué se trata? Bueno, es tan simple como acudir a una clínica de fertilidad y preguntar por ello, pero no siempre entendemos los términos médicos tal cual o tenemos la facilidad de acudir a una clínica como primera instancia y a veces sólo necesitamos una introducción o saber a grandes rasgos de qué trata esta técnica de reproducción asistida, así que espero poder compartirte un poco más en términos muy simples.
La fecundación in vitro es una técnica de reproducción donde la idea central es ayudar a las parejas que no pueden concebir un hijo de forma natural, es decir, de esta forma interviene la ciencia y tecnología.
El proceso es seguro y uno de los más acertados en cuanto a resultados, siempre y cuando la pareja o la persona se encuentre en buenas condiciones de salud y sea candidat@ para este tratamiento.
Se recomienda para parejas o mujeres mayores de 35 años que han intentado otros métodos y aún no consiguen un embarazo. De la misma forma esta es la opción más viable para aquellas parejas que cuentan ya con un método definitivo de planificación ya sea la salpingoclasia o la vasectomía.
En resumen, se trata de ayudar a la fecundación del óvulo con el espermatozoide, cosa que de manera natural ya sea por falta de calidad de ambos, obstrucción de vías o algún otro impedimento no ha sido posible.
A este método de concepción también se le conoce como niños de probeta, ya que prácticamente se está fecundando en un laboratorio en lugar del cuerpo humano, sin embargo el procedimiento termina en un vientre, ya sea el de la madre natural o uno sustituto. ¿Interesante no?