En esta época de calor, es muy común la aparición de sarpullido en los bebés y niños pequeños, y aunque los adultos también nos podemos volver víctimas de esta irritación, la piel de los más chicos es siempre más delicada, por lo tanto hay que tener mucho cuidado en la prevención y tratamiento de este problema.
¿Qué es el sarpullido?
Puedes reconocer al sarpullido como una erupción en la piel, ocasionada por irritación, ya sea por la misma fricción de la piel, el sudor o el medio ambiente.
Éste puede presentarse de forma simple y aislada o bien convertirse en un problema, de ello depende el ph de la misma piel, pero también el cómo lo tratemos.
Cómo prevenirlo.
Como en todos los problemas, lo mejor es prevenir y como bien hemos mencionado, el sarpullido aunque se puede evitar en la medida de lo posible.
Baña a tus pequeños diariamente, además de refrescaros y evitar rozaduras, al bañarlos también evitamos que el mismo sudor les irrite y con esto el sarpullido. Si es muy pequeño y el clima lo permite, puedes bañarlo cada tercer día con sólo agua. De no ser posible, bastará con que le cambies de ropa y limpies con toallitas húmedas. La idea es dejar el menos tiempo posible que su misma piel se roce.
Aplica pomada de óxico de zinc o talco aún antes de que las erupciones aparezcan, en cada cambio de ropa o si te encuentras en un lugar con clima húmedo, la aplicación deberá ser constante.
Evita que se toque el cuerpo con las manos sucias, claro que hay momentos en que esto es inevitable, pero mientras más puedas mantener sus manos limpias, es menos probable que se infecte al rascarse en caso de ya tener el sarpullido y así se agrave el problema.