La lactancia puede ser una de las etapas de maternidad más dulces y donde se genera un verdadero vínculo de estrechez entre madre e hijo. Pero, puede verse afectada por algunas complicaciones, que si bien en inicio parecen no ser importantes pueden poner en riesgo la lactancia en su totalidad.
La obstrucción mamaria es una afección bastante común entre las madres lactantes, y si la padeces te alegrará saber que puedes combatirla y evitarla con tan sólo realizar algunas actividades sencillas dentro de casa.
La obstrucción mamaria se caracteriza por la formación de durezas en el seno, que pueden empezar tan pequeñas como una judía pero pueden llegar a afectar casi todo el seno si es que no es controlado el problema a tiempo.
Uno de los principales riesgos de no solucionar la obstrucción es la conocida mastitis. Una infección en el seno a causa de la leche acumulada que suele ser tratada con antibióticos e incluso en los casos más complejos con una cirugía para drenar todo el material acumulado.
Las durezas formadas por una obstrucción suelen provocar dolor a nivel del seno, y en los casos ya más avanzados dolor al dar de lactar al niño, enrojecimiento y aumento de temperatura en la zona.
Las obstrucciones suelen ocurrir por diversos factores, la gran mayoría de origen posicional. Entre los principales están un mal agarre por parte del bebé, ya sea por una mala postura del mismo o de la madre. Dificultades en la succión por parte del niño o provocadas por inconvenientes como pezones planos o invertidos o demasiado largos.
Incluso muchos profesionales afirman que una dieta que no se encuentre bien balanceada puede provocar obstrucciones. Algunos alimentos demasiado ricos en grasas como los quesos madurados y el consumo excesivo de leche entera o carnes con alto contenido graso pueden favorecer al aumento de densidad de la leche, creando así un tapón en los conductos más delgados.
Existen algunas prácticas caseras que pueden ayudar a solucionar la obstrucción, pero en caso de no solucionarse lo más recomendable es acudir a tu médico de cabecera, a tu ginecólogo, a tu partera o guía del grupo de amamantamiento.
Estos algunos de los consejos y prácticas que podrán ayudarte:
Masajear el seno, con movimientos circulares, comenzar desde la axila e ir avanzando siguiendo una espiral hasta terminar el en pezón tras un par de vueltas.
Cepillar el seno, con ayuda de un cepillo de cerdas suaves realizar masajes de los bordes hacia el centro del seno.
Aplicar calor a la zona. Aplicar paños de agua caliente, una bolsa de agua caliente o usar una manta eléctrica para dar calor a la zona, así los conductos se dilatarán gracias al calor ayudando a que la leche fluya con mayor facilidad. Es una buena idea aplicar calor justo antes de amamantar, de esta manera la succión del bebé y la dilatación de los conductos podrán trabajar de manera conjunta en contra de la obstrucción.
Amamantar en posición de mamá loba. Si te es posible y no te resulta en extremo incómodo, prueba amamantar a tu bebé apoyando codos y rodillas al piso y posicionando al bebé debajo de ti, esta es la llamada posición de mamá loba. La gravedad ayudará a provocar el descenso de la leche, acabando con la obstrucción.
Verifica que no exista la presencia de la llamada perla de leche. La perla de leche es un punto blanco que suele aparecer en la punta del pezón y es en realidad leche sedimentada que bloquea la salida de la misma.
La perla de leche puede ser en algunas ocasiones removida tras de una ducha de agua caliente y restregando con mucha delicadeza la zona. En caso de no desprenderse lo mejor es recurrir a un profesional en salud para que la retire.
Y por último, lo más importante, cerciórate de que el bebé se encuentre realizando un buen agarre y buena succión. Deja que tu bebé vacíe por completo el seno y en caso de que no lo hiciera, extrae tu misma la leche sobrante, ya sea con in sacaleches o de manera manual para evitar estancamientos.
Si a pesar de todas las medidas, cuidados y prácticas caseras el problema no se soluciona, debes consultar lo más pronto posible con tu médico.