Otros de los posibles problemas que podemos encontrarnos son:
– Hembra que no incuba los huevos a término: a veces las hembras primerizas suelen abandonar los huevos antes de terminar de incubarlos y que éstos eclosionen. Una de las soluciones, en caso de tener más aves, es coger huevos cuya gestación este más avanzada y colocárselos a la madre primeriza antes de que ésta abandone el nido. En este caso, al eclosionar el huevo la madre verá que ocurre algo y se desarrollará su instinto.
– Machos que se aparean y fertilizan los huevos (sin incubarlos): en estos casos los machos aún no se han desarrollado su instinto y permiten que las hembras cuiden ellas solas a los huevos. Esto es más difícil de corregir aunque, cuando suele eclosionar la primera nidada, ya cambian y posteriormente si se preocupan en incubar las nidadas restantes.
– Arrancado de plumas: en muchos casos los progenitores toman la determinación de arrancar las plumas a sus polluelos sin motivo aparente. Además, esto en algunos casos es más extremo y pueden realizar heridas a las aves.
En este caso la solución es bastante complicada aunque parece que, en muchos casos, el separar a los polluelos a otro nido cercano puede servir para evitarlo.