Si nuestro cachorro ha estado el tiempo suficiente con su madre ya tiene la mitad de trabajo hecho, pues le enseña aparte de a no morder a otras cosas
No debemos permitir que nuestro perrito nos muerda los pies, ni las manos. Si lo hace dejamos de jugar con él y le regañamos. Si lo hacemos al revés entenderá que lo hace bien
No debemos castigarle ni perder los nervios, pase lo que pase porque puede pensar que le estamos incitando al juego. Si el juego es con los niños y se tiran al suelo agitando manos y pies, pero respetando el juego y no mordiendo… solo jugando. Los padres han de estar pendientes tanto de unos como de otros, los cachorros no son juguetes. Si se le ve alterado al animal, se le da un juguete y se interrumpe el juego.
Las preguntas sobre el morder de los cahorros son frecuentes que nos las hagamos, y hemos de tomar medidas. Las características de cada raza son determinantes, también el carácter, la actividad etc.