Cuenta la leyenda que en su caminar por el desierto Jesús iba acompañado por una flor misteriosa a la que el viento arrastraba a la vez que Jesús caminaba, por la noche se encogía mientras él dormía y por la mañana tenia atrapadas en sus ramitas gotas de rocío que él bebía para saciar la sed de su boca.
En la actualidad no se sabe el por qué es un amuleto muy preciado ya que dicen que concede deseos, ahuyenta los malos augurios y atrae la paz al hogar.
La curiosidad de esta maravillosa planta es que al secarse contrae las ramas formando una bola de ramas y raíces. Tiene unas raíces pequeñas que no se plantan nunca. Y al ser humedecida revive y se abre incluso al haber estado años seca. Esto le hace ser una planta acuática muy especial y atractiva.
Se suele conservar dentro de una pecera o copa.
Nada más adoptarla deberás quitar el agua de su recipiente con frecuencia ya que desprende de mucha arena, hasta que más o menos esté limpia.
A disfrutar de ella y a pedir deseos… no sea que de verdad se concedan