Aprovechando la naturaleza, se pueden conseguir atractivos espacios verdes. La idea es reciclar los elementos naturales y recurrir a los productos biológicos para no destruir los organismos que acondicionan y mejoran la tierra.
La jardinería biológica se basa en el diseño de espacios verdes de forma respetuosa y racional con el medio ambiente, la propia naturaleza se encarga de mantenerlos.
A grandes rasgos, el jardín biológico sustituye los herbicidas o cualquier producto químico por medios naturales, usa residuos orgánicos para nutrirse y autorregula las plagas con otras especies presentes en la zona. El jardín se convierte en una extensión del ecosistema donde las plantas, insectos o animales interactúan en perfecta armonía.
A la hora de elegir las plantas se debe pensar en los beneficios que reportará una determinada especie en el jardín. Algunas veces será por su belleza; otras porque es abrigo para las aves, evita la propagación de plagas o alimenta a la fauna del jardín