La luz es una de las claves en el cultivo de las plantas, pues con esta luz las plantas realizan la función de la fotosíntesis.
Básicamente esta función depende de la cantidad de luz captada por las hojas de las plantas en cuestión. Y, en consecuencia, es el factor fundamental para su vida.
Cuando una planta no dispone de la luz que necesita su salud se ve afectada. Los síntomas pueden ser desde caída de hojas y debilidad, hasta no tener casi flores.
Al hablar de la luz que necesitan las plantas distinguimos entre:
Pleno sol
Sombra atenuada
Penumbra
Oscuridad
Existen métodos, de gente experta, que nos facilitan cómo diferenciar cada una de estas situaciones. Una de ellas es mediante un fotómetro.
Las premisas para este método son las siguientes:
Ajústese el fotómetro a 50 ASA (= 18 DIN) y 1/125 y manténgase a unos 20 centímetros de una cartulina blanca. El número de diafragma indicará la intensidad de la luz:
Pleno sol: f 16-20 (160-320 000 lux)
Sombra atenuada: f 8-11 (40- 80 000 lux)
Penumbra: f 4-5,6 (10-20 000 lux)
Oscuridad: f 2.8 (5 000 lux)
Otra opción podría basarse en las nuevas tecnologías de los paneles solares y los datos que obtenemos a partir de la radiación solar.
Existe una página http://re.irc.ec.europa.eu/pvgis/ en la que nos describen las radiaciones solares que tenemos en la zona europea y se puede concretar para nuestra residencia. Ahí se obtienen datos de la radiación, las “hps” u horas de pico solar. En las que la radiación es útil para los paneles solares y por ende para las plantas.
Después hay que tener en cuenta otros parámetros como la orientación de la ventana, su tamaño o la situación de la casa respecto la radiación solar.
Pero, en el tema de las plantas, hay que tener paciencia para que ellas nos recompensen con su belleza.