Resulta un método excelente para plantas carnosas. Con una tijera afilada, cortar una hoja junto a su tallo, si hay varias hojas muy juntas cortar varias para conseguir un tallo de unos seis centímetros e ir eliminando hojas de abajo a arriba con cuidado de no dañar el tallo.
Se rebaja la longitud del tallo a unos cuatro centímetros con un corte en diagonal y se deja así durante una hora a fin de que el tallo forme una callosidad.
Mientras el tallo va haciendo esta función preparamos el recipiente. Para mantener la hoja en posición vertical y el tallo en contacto con el agua, se pondrá film transparente cubriendo la superficie del recipiente y se producirá un orificio para poder insertar el tallo, así conseguiremos que la hoja no toque el agua y no se pudra.
En breve aparecerán las primeras raíces y en cuanto éstas midan entre 1 y 2 centímetros será el momento de pasarlo a una pequeña maceta de no más de cinco centímetros de diámetro. Y así, cuando tenga más hojas podremos aumentar el tamaño de nuestra maceta.