Cuando una planta tiene algún tipo de problema cabe tener en cuenta tres posibilidades.
Una de ellas es la plaga, otra una enfermedad y la tercera un trastorno.
Una plaga puede ser las cochinillas, o también los pulgones sin olvidar las orugas.
Una enfermedad pueden ser las bacterias, los hongos y los virus.
Por último, un trastorno puede producirse por un exceso de frío, exceso de riego etc. Es decir, que nosotros somos los responsables de este último.
Para saber qué le pasa a nuestra planta, tenemos que hacernos preguntas como: ¿he movido mi planta, ha pasado un cambio brusco de temperatura, riego mucho, riego poco, mucho abono, poco, falta nutrientes? Nuestra planta nos responde, pero quizá no seamos capaces de observarlo.
Hemos de pensar cada pregunta que nos surge al ver visualmente lo que acucia a nuestra planta y después sacar conclusiones concretas.
Se ha de tener en cuenta que varios efectos pueden dar un mismo resultado en apariencia. Tendremos que saber si la evolución es favorable o no.