Con las plantas de interior se pueden crear o reforzar ambientes. Aunque depende mucho de los gastos personales, no hay duda de que éstas son un fantástico recurso decorativo.
Si, por ejemplo, se agrupan algunas plantas de follaje colorido (begonia, coleo, crotón) ante una pared blanca o muy clara, se conseguirá resaltar el espacio. En cambio, si la pared es de tonos fuertes o estampada, convendrá seleccionar plantas de follaje verde.
En solitario, en un lugar destacado, las flores imprimirán elegancia y un toque romántico. En rincones o estanterías se pueden recurrir a plantas colgantes.
No hay que renunciar a los rincones más oscuros de la casa. Los centros y los ramos de flores secas son un buen recurso, y pueden favorecer estos espacios sombríos.
En el momento de elegir las especies conviene tener en cuenta las dimensiones de la estancia donde van destinadas. Una planta grande como la costilla de adán en un espacio reducido ni hará más que aumentar la sensación de estrechez. Por el contrario, un especie de poco tamaño pasará inadvertida en un cuarto muy amplio.