EL AMBIENTE Y LOS REQUISITOS

 

En el ambiente donde se realiza el Arte de las Flores debe mantenerse una rigurosa vigilancia del orden, de la limpieza, del silencio y de la quietud, pues en su origen, el recinto donde se hacían los arreglos florales era sagrado, concepto que se mantiene hasta hoy. Por más simple que sea el recinto, éste queda consagrado a través del arreglo floral, si éste se hace con «verdadero espíritu». Debe evitarse cada ruido innecesario, cada movimiento brusco, y las plantas y herramientas deben manipularse en un silencio casi absoluto.

Como el principal requisito es la unión con el corazón de la flor, es natural que no se converse durante el trabajo y toda agitación esté prohibida. El principiante se ve así obligado a prestar atención al corazón de la flor. En primer lugar, para tocarla de forma correcta y en segundo lugar para vivir con naturalidad en su propio corazón.

La concentración es una condición indispensable para disponer las flores con calma interior. Además, el discípulo debe aprender a ser humilde y aceptar cuantas veces fuese necesario el rechazo por parte del Maestro del trabajo realizado, pues así aprenderá a tomar conciencia de sus errores. Además, la concentración es fundamental en cualquiera de las expresiones del arte japonés, como el Teatro. No, el Arco y la Flecha o la Ceremonia del Té.

 

4.6

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