En jardinería, es mejor atenerse a las características propias de las plantas que intentar forzar a la naturaleza. Así pues, hay que tener en cuenta en la jardinería cuestiones como la intensidad de los fenómenos atmosféricos de la zona donde se desee cultivar, y la capacidad de resistencia de la planta a estas manifestaciones climáticas.
Los factores climatológicos que más influyen en el desarrollo de las plantas son la temperatura, las precipitaciones, la humedad, el viento y la insolación. Sin embargo, los factores más adversos son resultado de temperaturas extremas, ya sea frío o calor, y de la sequía.
Puesto que estos factores hay que tenerlos en cuenta y conviene tener un conocimiento de ellos, incluso es conveniente entrar en páginas meteorológicas que nos informen del historial climático de la zona en que vivimos.
El clima es muy importante para las plantas de exterior, ya que indica qué tipo de especies pueden cultivarse sin grandes dificultades.
Para elegir las que mejor se adaptan a cada clima, se pueden consultar los listados, organizados por grupos (árboles, arbustos y herbáceas) que se encuentran en establecimientos especializados de jardinería.