Hacer una cabecera para nuestra cama puede resultar mucho más sencillo de lo que imaginamos, y más económico que comprar una, además de poderla adaptar a nuestras propias necesidades como tamaño, altura o qué tan acolchonada.
Con una tabla angosta y larga podemos comenzar, busquemos que sea del ancho de la cama para que cubra bien de lado a lado, claro que el gusto dependerá si la queremos más pequeña o más larga.
Vamos a unir a uno de los lados de la tabla tela esponjosa, hule espuma o relleno la cantidad será considerada de manera personal dependiendo qué tan esponjado o no queramos la cabecera, hay que cuidar de expandir muy bien el relleno para que no quede disparejo.
A continuación vamos a forrar toda la tabla uniendo por la parte de atrás con clavos, tachuelas o grapas para que quede más firme. Busquemos una tela que no se rasgue fácilmente, que no se ensucie y que no cree otras molestias pues recordemos que será donde nos recargaremos.