Jame Franco, se atrevió a adaptar al cine «Mientras agonizo», la famosa novela de de William Faulkner, dando como resultado una pretenciosa y simplificada versión de la misma.
En su adaptación, Franco ha eliminado prácticamente los personajes secundarios de la historia, que aparecen muy brevemente, ha elegido a Darl (interpretado por él) como único narrador y ha transformado la compleja estructura de la novela -basada casi enteramente en monólogos- en una narración lineal; decisiones coherentes si lo que se busca es tener un texto manejable de la preciosista obra de Faulkner; y es que, según la crítica, el hándicap del film está en la elección de los actores –incluyéndolo, pues su actuación resulta de lo menos emotivo– y, sobre todo, en el abuso de la pantalla partida.
Para tratar de recrear la narración con los diferentes puntos de vista usada por Faulkner, el actor y director se decanta por un sistema de pantalla partida, recurso del cual parece dar un uso desmedido.
Por otro lado, los actores no parecen haberse metido con suficiente intensidad en unos personajes socialmente desfavorecidos y con duros rasgos de personalidad, haciendo interpretaciones en las que no logran traspasar la coraza de unos personajes llenos de capas y que en la novela se muestran mucho más complejos. Solo O’Reilly, como la única chica de la familia, consigue transmitir la fragilidad de su personaje.
El film fue rodado por espacio de veinticinco días en escenarios de Misisipi similares a los descritos por Faulkner y con un presupuesto bajo que obligó al equipo a buscar la ayuda de actores locales o alojamiento gratuito con familias de la zona.