Great Expectations, nos transmite el buen hacer de alguién que nació en la clase más baja hasta codearse con la gente nacida entre el nombre el dinero que les representa.
Great Expectations, nos lleva a una gran historia, empezando por la buena interpretación de los propios actores y cómo no, lo que se nos transmite de Inglaterra en el siglo XIX.
Dikens, son los niños huérfanos, hambrientos, sucios y como no, con cara triste tratan de salir del mundo en el que han nacido y en el que se envuelven lo mejor que pueden, unos con más éxito que otros.
Los encontramos con sus personaje de la mano de Gillian Anderson, quien interpreta a la Miss Havisham, una señorada con un drama que no es capaz de olvidar.
Seguiremos con Vanessa Kirby quien interpreta a Estrella, la hija adoptada.
Y como no, también con Douglas Booth quien interpreta a Pip, el niño que pasa a hombre haciendo de su historia una realmente increible.
La historia en sí, parece no darnos demasiado, aunque si nos paramos a pensar, es realmente increible, poder disfrutar de unos buenos actores, una narración realmente llamativa y un ambiente digno de admirar.
La historia, trata de un chico que nació en la pobreza pasando querer ser parte de las familias más adineradas haciéndose pasar por lo que no es, eso sí, el pasado, siempre vuelve.