La película que ha cautivado tanto a público como a crítica, así como también un buen recibimiento en España.
La trama tiene como protagonista a Gerry Boyle (Brendan Gleeson), un policía que rompe moldes, adicto a la prostitución, aun cuando su madre está muriéndose.
El destino quiere que a Irlanda llegue Wendell Everett (Don Cheadle), agente del FBI que trabaja en un importante caso de tráfico de drogas. Su compañero irlandés se desinteresará del caso por completo, pero poco a poco su participación será más continuada.
Maestría del director al lograr unir cine negro y comedia no solo apto para irlandeses. Las buenas críticas a lo largo y ancho del planeta no se han hecho esperar, y no precisamente, con malos resultados, sino todo lo contrario.