Para evitar el fotoenvejecimiento de la piel sugerimos tomar sol en los horarios adecuados y usar un buen protector solar, que variará según el tipo y color de piel que se tenga.
Las aéreas del cuerpo más vulnerables a las quemaduras solares son las que presentan la piel más delicada, y también, las que están más expuestas al sol como los párpados, el cuello, el rostro, las manos, espalda y hombros.
El factor de protección constituye el tiempo que una persona puede permanecer bajo el sol sin que éste la lesione. Si usualmente se pone colorado cuando está 10 minutos al rayo del sol sin protección, significa que un bronceador con un FPS de 15 le brinda 2 horas y media de protección.
La resistencia que tiene la piel frente a los rayos del sol depende del fototipo, que es la reacción de la piel a la insolación y al bronceado. Existe un método sencillo de conocer el fototipo según la coloración de la piel, de los ojos y del cabello, y así, calcular que factor de protección le pertenece.
Tipo 1: la piel se pone muy roja y casi nunca se broncea. Generalmente se da en las pieles muy blancas con ojos y cabellos claros o pelirrojos. Se recomienda un protector solar de 30 a 40.
Tipo 2: la piel se pone roja y se broncea sólo un poco, se refiere a pieles blancas con ojos y cabellos oscuros. Para estas pieles se aconseja un protector solar de 20 a 25.
Tipo 3: representa a la piel que continuamente se broncea, como la piel morena con ojos y cabellos claros y oscuros. Para estas pieles basta con un protector de 15 a 20.
Tipo 4: se refiere a la piel morena o negra, es decir, la piel morena con ojos y cabellos oscuros. Se sugiere un factor de protección de 15 o más.