En el mundo se utilizan diversas técnicas que permiten agrandar y afirmar los pechos sin necesidad de pasar por un quirófano.
Hilos tensores:
Este método se realiza utilizando anestesia local y se usa para levantar el busto que está apenas caído o fláccido, a causa de un descenso rápido de peso o por amamantar. El levantamiento obtenido es bastante visible y su apariencia es natural.
Este sistema permite a la paciente continuar con su rutina diaria, sin ocasionar molestias. Suelen quedar zonas moreteadas que desaparecerán en el transcurso de unas semanas.
Es necesario aclarar que este tratamiento no está indicado para aquellas mujeres que deseen aumentar el tamaño de su busto sino que es sólo para levantar y reafirmar.
Acido hialurónico:
Este es un ácido de alta densidad inyectado a la mama mediante una aguja por la parte inferior de ésta. En este caso se requiere una incisión pequeña de 2 milímetros y anestesia local. Este procedimiento dura aproximadamente una hora y logra aumentar hasta 1 talla más. Este aumento no dura más de 2 años debido a que el acido hialurónico se reabsorbe en el organismo.
La desventaja de este procedimiento es que con este relleno se dificultaría el descubrimiento de posibles nódulos que fortuitamente podrían ocasionar serios problemas a la salud.
Utilización de grasa del propio cuerpo:
Este método utiliza grasa del cuerpo (las caderas especialmente) para rellenar otras aéreas, en este caso los pechos. La desventaja de esta técnica es que se corre con varios riesgos: sufrir infecciones, la posibilidad que la grasa implantada se reabsorba rápidamente, que se endurezca con el tiempo, y que en el futuro se confunda con células cancerosas.
Luz infrarroja:
Esta técnica se consigue mediante el calentamiento dérmico que causa la contracción del colágeno, lo cual produce que los tejidos mamarios se tensen. A la vez, aumenta la vitalidad y firmeza de la piel, disminuyendo la flaccidez de manera casi inmediata. Esta técnica no está destinada a aumentar los pechos sino a mejorar su apariencia.