Mejores hábitos, dormir mejor.

Dormir bien es vivir bien, un buen descanso implica una mejor calidad de vida, mejor salud y mejor cara y cuerpo
Los especialistas aseguran que el insomnio se produce por la falta de desconexión con el mundo real, el estrés, el trabajo y los problemas. Si pensamos que el cerebro está activo la mayor parte del tiempo y al llegar la noche, no hacemos nada para que éste descanse…
Cambia tus hábitos:
Mantén el orden en tu habitación, así cuando te acuestes y no puedas dormir no tengas la tentación de levantarte a recoger. El desorden además dificulta la conciliación del sueño y estresa.
A partir de las 5 o 6 de la tarde, te puede afectar el tomar café o té, aun olerlo sin tomarlo estimula y activa también diversas áreas cerebrales. Si eres muy cafetero (tomas café por la noche y duermes) y tu sueño no es bueno y no te extrañe que te despiertes en medio de la noche ya que el cerebro está sobreexcitado.
Elige colores relajantes para tu dormitorio, nada de paredes rojas o negras por muy de moda que estén, influyen en nuestro ánimo. Decora con tonos pastel rosas o violetas.
Toma una cena adecuada. No cenes justo antes de ir a dormir y tampoco en exceso (ni en todo el día)
Vigila que tu colchón y tu cama sean los adecuados, el colchón tiene un periodo de vida limitado y pasarlo puede influir a tu sueño, en tu descanso y en tu espalda.
Regula la temperatura de tu dormitorio, oxigena el dormitorio antes de acostarte, si es verano como si es invierno. La temperatura ideal es entre 18 o 19º C, la humedad relativa del aire debe estar comprendida entre 50 % y 70 %
Aísla tu habitación de ruidos, procura que el dormitorio en el que duermas sea lo más alejado de la calle (si es ruidosa) o de los vecinos (si éstos lo son), el ruido mientras duerme podría derivar en patologías cardiovasculares, nervios o hipertensión arterial.
Una opción para aislar tu casa del ruido son las dobles ventanas, tapa las grietas.
Pon música relajante con sonidos blancos, como los del agua o los grillos (a quien le relaje)
Evita la luz, cierra bien persianas o aparatos que desprendan luz aunque sea tenue, a muchas personas le impide descansar el más mínimo rayito de luz.
Procura tener un horario establecido. Acuéstate cada día a una hora similar y veras como si un día rompes la rutina, te costará conciliar el sueño.
La siesta… es un hábito muy sano, pero debería durar como mucho 20 minutos y hacerse antes de las 5 de la tarde.
Un plan de desconexión
Frena tu ritmo y no realices esfuerzo físico como un par de horas antes de acostarte.
Procura terminar de cenar mínimo una hora y media antes de acostarte, si sientes hambre toma un yogur.
No veas en la tele algo que te sobresalte y apágala como 40 minutos antes de dormir.
Siéntate en la cama o un sillón, con luz tenue y toma una infusión relajante.
Al acostarte, quita de tu vista el reloj de tu vista, procura no tener en el dormitorio aparatos eléctricos (despertador eléctrico, ordenador, radio…)
Opta por la aromaterapia, que tu dormitorio huela a lavanda o algún aroma relajante.
Cuando la higiene del sueño falla, el médico puede tratar la falta de sueño, hay veces que no hay otro remedio, ya que reduce la actividad nerviosa en el cerebro. Recuerda que tomando ansiolíticos o tranquilizantes musculares te pueden crear dependencia. Siempre que el tratamiento esté supervisado por un especialista.

4.5

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