Hace unos años, no tantos ya que esta historia la se por mi madre, las mujeres, se alisaban el pelo, con unos métodos nada aconsejables, como plancharlo con la plancha de la ropa, aquella que se rellenaba de carbón. Lo cual era sumamente peligroso, por el calor y al estar cerca de la cara y de la cabeza.
Pero había otro método que se llamaba “la toga” consiste en, con el pelo mojado ir cogiendo mechones de cabello y ponerlo hacia un lado de la cabeza aplastándolo, redondeándola toda entera a modo de turbante con tu cabello, presionando sobre la cabeza y pillándolo con pinzas sin que quede marca y en la parte alta de la cabeza ponerte un rulo cuando pasan unas horas y ya ha secado bastante se da la vuelta para que no se quede solo de un lado y se repite la operación.
No daña el cabello, lo deja totalmente liso el único inconveniente es que el más lento, pero merece la pena
