Bien dicen que del plato a la boca se cae la sopa y entre el dicho y el hecho de aplicarse o realizarse algún tratamiento médico o estético pueden pasar muchas cosas.
Por más interesadas que nos mostremos ante la investigación de algún subject de interés, nos falta el análisis de elementos como ¿cuánto podemos pagar?, ¿dónde y quién lo realiza?, ¿qué podemos esperar? Dudas que muchas veces quedan sin respuesta y por lo tanto sin concretar.
Si bien el análisis debe ser personal, aquí te ayudaremos a hablarte más sobre ese día de la aplicación de tu tratamiento (bótox) y lejos de la larga definición que el libro señala, nos pondremos la camiseta del paciente para compartirte lo más cercano a la experiencia.
Una vez que has seleccionado tu clínica, el médico cirujano plástico o dermatólogo (únicos que están autorizados para este procedimiento) te realizarán una valoración previa, el consejo es que acudas a dicha cita con el rostro lavado para poder visualizar realmente las zonas a tratar y así al área correspondiente para una cotización.
Tu médico te hablará del procedimiento, resultados, síntomas y cuidados así como llenará un historial u hoja clínica para tu expediente. No olvides que esta es la oportunidad para aclarar todas tus dudas por más simples que parezcan.
El día del procedimiento igualmente debes presentarte con el rostro limpio, aún así en el consultorio se te realizará una limpieza en la zona de la aplicación.
Junto con tu médico revisarán nuevamente las zonas a tratar, marcará con un punto con un plumón especial donde se va a realizar cada aplicación y te pedirá te sientes o recuestes.
La aplicación del Bótox (toxina botulínica) se realiza mediante el uso de jeringas delgadas con pequeñas agujas con las que sentirás un ligero piquete y algo de calor al penetrar la sustancia. La aplicación es rápida y relativamente sencilla (dependiendo las áreas a tratar).
Después de esto podrás incorporarte, limpiar tu piel con un paño y continuar tu día como cualquier otro.
Dentro de los 10 primeros minutos se debe realizar una serie de ejercicios que trata de fruncir las zonas donde se aplicó el bótox para ayudar a que disemine mejor, la única prohibición es no dormir en las próximas 4 horas…
Desde el momento de la aplicación sentirás cómo tu músculo comienza a ponerse rígido y cada vez te cueste más trabajo fruncir como acostumbrabas; el cambio y los resultados son graduales por lo que a la semana tu médico te pedirá otra cita de valoración para evaluar los resultados.
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