Se ha demostrado que recibir directamente los rayos del sol sobre la piel y más aún una parte sensible como lo son los senos, no sólo aumenta el riesgo a padecer cáncer sino que para mala fortuna de aquellas que buscan este método con la bandera de la belleza en alto, hacen más por lastimarse y envejecer la piel.
La excesiva exposición al sol deshidrata la piel provocando arrugas prematuras y apariencia acartonada que a su vez afecta la elasticidad natural por lo tanto los senos caen y aguadan.
Por esta razón es que no suena extraño que el promedio de edad en las mujeres que acuden a las prótesis mamarias sea de 26 a 30 años, edad en la que más se exponen al sol y estos remedio equívocos de glamour.
En resumen, lo mejor que podemos hacer es el utilizar bronceadores artificiales, olvidar la moda del topless al menos que se esté bien protegida, hidratarse bien y tener en mente la delicadeza de esta zona tan preciada.