La capacidad de renovación de la piel disminuye con el transcurso de los años y los primeros síntomas son la perdida de humedad y la consecuente aparición de arrugas.
Hay 2 tipos de envejecimientos: el natural, el cual está programado genéticamente y es inevitable; y el prematuro, que tiene que ver con nuestra calidad de vida. Por ejemplo el sol y el cigarrillo producen daños irreparables. Para evitar males mayor es fundamental la prevención, y a cada edad le corresponde un cuidado específico. Durante la adolescencia alcanza con la hidratación, hasta los 30 años basta con cremas de cuidado cotidiano, y a partir de los 30 se recomienda comenzar con la aplicación alguna crema antiarrugas.
Si llegó tarde para prevenir, no desespere: todavía tiene posibilidades de reparar el daño producido en su piel.
La hidratación permanente es una de las claves para luchar contra el envejecimiento prematuro, aunque muchas veces no es suficiente y hay que reforzar el cuidado con productos especiales. Los principales laboratorios cosmetológicos han investigado y descubierto diferentes componentes que disminuyen los efectos del envejecimiento.
Todas las líneas de cremas, tónicos y cápsulas tratantes muestran resultados sorprendentes. Algunas funcionan para darle firmeza al contorno del rostro, otras estimulan la renovación de las células aumentando las defensas de la piel, otras actúan cercando los pequeños surcos y disimulando los más pronunciados.
Muchos de estos productos presentan resultados en el corto plazo: después de 2 semanas de aplicación constante ya se visualizan algunos avances.
Si quiere empezar a corregir arrugas y rejuvenecer su piel, recomendamos lo siguiente:
- 3 o 4 meses de tratamiento constante son el mínimo indispensable para llegar a resultados notables.
- No es recomendable cambiar de productos con mucha frecuencia.
- Antes de cada aplicación de productos antiage realice una limpieza profunda de la piel.
- Elija el producto adecuado para su problema y tipo de piel.