Según su temperatura, ya sea fría o caliente, el agua tiene el valioso poder de relajar, refrescar y tonificar. Aquí le brindaremos 2 alternativas para disfrutar de un baño placentero y reparador.
Recomendamos, antes de irse a dormir, tomar un baño de inmersión con agua caliente, entre 35 y 39 grados. Realice masajes suaves y circulares usando su jabón habitual. También puede utilizar aceites esenciales que sean de su agrado. Permanezca en el agua entre 15 y 20 minutos. Si sufre de dolores en el cuerpo, aplique la ducha de mano sobre la zona afectada durante 2 minutos a una temperatura no menos a 40 grados. Sentirá su cuerpo muy aliviado y relajado.
Para recuperar energías, después del baño, sumérjase en el agua a 20 grados, durante 10 segundos y finalice con una ducha de agua tibia. Este grado de temperatura le ayudará a tonificar los tejidos, y es excelente para reafirmar la piel del pecho y las piernas.
Al terminan cada baño, aplique una crema hidratante para el cuerpo, ya que le ayudará a sentirse como nueva.
Por otra parte, el agua fría o también el hielo ayudan a eliminar las impurezas, por tal motivo aconsejamos pasar unos cubitos de hielo envueltos en un paño por la piel del rostro.