La cocina mediterránea nos pone a nuestra disposición variados ingredientes naturales que pueden ayudar al cuidado de la piel para mantener nuestra elasticidad e hidratación. Para aprovechar todas las vitaminas necesarias para favorecer el aspecto y juventud de tu piel toma frutas cítricas como las naranjas, los pomelos y el zumo de limón. Además de prevenir los resfriados (debido a la vitamina C) lograrás una mayor hidratación en tu piel y evitarás el efecto de piel apagada y «sin luz».
Igualmente, los kiwis son una fuente grandiosa de esta vitamina y las uvas ayudarán a mantener el tono de tu rostro. No dejes de lado las zanahorias, los pimientos verdes y los tomates frescos y maduros, ya que estos últimos contienen betacaroteno, útil para proteger tu cuerpo y cara de los rayos del sol y el envejecimiento prematuro. Por ello, evitarás las típicas manchas o lunares debido a una alta exposición al aire libre. Compra té (bien sea verde o blanco) ya que es depurativo y tu piel limpiará todo el exceso de sebo e impurezas.