Argentina es uno de los países con mayores diversidades en cuanto a turismo. Desde el Sur helado con glaciares y peritos, hasta un Norte cercano al calor más extremos de montañas y valles. Muy cerca de allí, se encuentra la provincia de Tucumán y en su interior la zona de Tafí del Valle es una postal que se lleva en el corazón, una ruta que se recorre con los recuerdos de los Valles Calchaquíes.
Estamos a tan solo 90 minutos de la Capital tucumana, pero en uno de los puntos que acoge la mayor parte del turismo local y de la región. Cientos de turistas realizan viajes desde varios puntos. Si bien aquí las temperaturas suelen ser agobiantes y el calor de la mañana se hace sentir, Tafi tiene la particularidad de guardar unos cuantos grados menos lo que lo convierte en un destino especial para el turismo aventura.
Es muy común que quienes busquen su descanso en Tafí, lo hagan en algunas de las estancias que ofrecen estadía completa. En su paseo podrá ver varios cascos de estancias, legados de los pasos jesuíticos por la zona.
La mañana comienza temprano para quienes quieran conocer los secretos. Se participa del ordeñe de vacas que luego llevarán la leche a la mesa y con la que más tarde nos enseñan a hacer exquisitos quesos. Depende la temporada, algunos estancieros llevan a sus huéspedes a la cosecha de papa. Imperdibles son las cabalgatas a lo largo de la zona. Todas las actividades son parte de un viaje único.
El recorrido por las rutas de Tafí nos lleva hacia las Ruinas de Quilmes un centro único de excavaciones que se encuentra tomando la RN Nª 38 hasta Acheral y hay que empalmar con la entrada de Aincha del Valle, pero la particularidad de las Ruinas merece un capítulo aparte en nuestro relatos.
La vuelta por la noche a Tafí nos encuetran en el Mirador del Tafí desde donde el cielo parece iluminarnos con sus estrellas.