Sabemos que los zapatos son la adoración de toda mujer pero de vez en cuando hay que dejarlos de lado y permitirle un descanso a nuestros pies que está de más decirlo pero hacen mucho por nosotras.
Caminar descalzas por la casa o mejor aún por la orilla de una playa es la terapia ideal para nuestras extremidades, en la medida de lo posible convierte este acto en un hábito y notarás los beneficios. Si usas regularmente tacones o practicas algún deporte tus pies están constantemente sometidos a estrés, darles un break es más sencillo de lo que crees.
Descanso
Al dejar tus pies descalzos automáticamente descansas de la opresión de los zapatos pues no solo se trata de los tacones sino que los pies están sometidos a presión de la horna, la suela, las ataduras y otros tantos elementos que varían mientras el zapato más complejo sea.
Circulación
Al estar descalza y caminar activas la circulación de la zona, la cual se irradia hacia todas las piernas, evitas con esto la hinchazón y aparición de venas varicosas.
Previenes hongos y malos olores
Usar tanto tiempo los zapatos no permitimos que se ventile la zona propiciando la humedad y aparición de hongos y otras complicaciones como infección y mal olor, al retirar los zapatos ventilamos la zona combatiendo la humedad, ahora solo debes tener cuidado con el lugar donde te quites los zapatos pues al hacerlo en un espacio público el resultado puede ser contrario al beneficio.
Estimulación
Por todas las terminaciones nerviosas que poseen, los pies son súmamente sensibles, al andar sin zapatos estimulamos las sensaciones en el área lo cual puede ayudar a relajarlos y conectarnos con el entorno.
Tonificación
Andar descalzas fortalece el arco, los dedos, talones, etc., partes del pie que suelen estar bajo mucha presión con los zapatos deteriorándose en lugar de fortalecerlos, por ello y más es recomendable dejar los zapatos de lado y conectarnos con nuestro propio cuerpo de vez en cuando.
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