Cuando nuestro maquillaje se maltrata o ya no funciona para su propósito principal, no debemos tirarlo, puesto que aún podemos crear nuevos productos.
Un ejemplo son las sombras, ya que en ocasiones éstas se quiebran o simplemente adquirimos nuevas sin terminarnos las anteriores, para estos casos podemos crear un color para los labios combinando aquella sombra con un poco de gloss, además otra ventaja es que podemos utilizar colores que no encontramos en labiales.