Ni rostro, ni nada en el cuerpo es no es totalmente simétrico, por lo que es posible, tal y como te imaginas, tengas una oreja, un ojo un poquito más alto que el otro, una ceja unos pocos milímetros más larga que otra y eso que sí que puedes arreglar tú misma .
Hay un truco muy fácil y una manera de comprobarlo y definir el punto exacto en el que deberían acabar.
Solamente tienes que tomar medidas. Con la ayuda de un lápiz (de ojos), une con una línea imaginaria el rabillo del ojo con la aleta de la nariz del mismo lado. El extremo final de la ceja debe coincidir, a ambos lado de la cara, con el punto de intersección entre la ceja y el lápiz. Para que quede lo más natural posible, afina sutilmente el trazo final depilando, únicamente, algunos pelillos de la línea inferior de la ceja
