Tus dientes hablan de ti, sonríes y puedes causar una buena impresión o hacer que seas el objeto de las burlas por los restos.
La primera regla de oro es dejar de consumir té, vino, el azúcar, los alimentos ácidos o café y el poco consumo de los cereales integrales, verduras y frutas es otro factor importante. El tabaco amarillea como nada la dentadura, por no hablar de los estragos para tu boca, garganta y pulmones.
Con un par de trucos muy sencillos tus dientes tomaran un tono más blanco, toma nota…
Aplícate esta mezcla dos veces por semana. Mezcla un poco de agua con una cucharada de bicarbonato y aplícalo a modo de pasta de dientes. Durante dos semanas cada tres meses, no es conveniente abusar, para no dañar el esmalte de tus dientes y abrasar tus encías. Mezcla un poco de agua con una cucharada de bicarbonato a modo de pasta de dientes.
Aplicar sal directamente en la dentadura, el blanqueamiento es inmediato, aunque con MUCHISIMO CUIDADO, es excesivamente abrasivo.
Lavarlos con canela es otra opción bastante buena, blanquea y sabe bien. Hazlo unas semanas y notarás la diferencia.