Todos queremos vivir cada vez más y lo mejor posible. Nuestra vida va a mil por segundo. Nada nos detiene
Nos encargamos de hacer la compra en la farmacia para suplir carencias de todo tipo que cada vez son mayores por el estrés, la falta de tiempo, las exigencias del trabajo, de la sociedad, queremos ganar más, sin pararnos a pensar en NOSOTROS MISMOS… uff! ¡Qué agobio solo de pensarlo! ¡pára un poco!, disfruta de la vida, piensa que la vida son dos días y que no los disfrutamos, nos frustramos por si nos van a despedir, por si no soy suficientemente buenos. ¿Merece la pena de verdad tener unas ojeras hasta los pies, problemas dermatológicos o hasta infartos, por éste ritmo de vida?
Empieza por cambiar de vida, simplifica los problemas, piensa en que agobiarte no sirve nada más que para tener la cabeza caliente y los pies fríos.
Las personas optimistas, son más felices y viven mejor, la felicidad estimula el sistema inmunitario, fortalece las defensas y nos hace que la felicidad se vea reflejada en nuestra cara y desprendamos sencillamente belleza por los cuatro costados
Yo misma tenía una vida desenfrenada, alta ejecutiva que en diez años tuvo una carrera envidiable, ganaba mucho dinero, viajaba, compraba en los sitios más chic, salía a sitios de lujo y moda… la otra cara era mi estrés, insomnio crónico, calvas en la cabeza, anemia, delgadez extrema, taquicardias, mi agotamiento, ¡y éso que mi trabajo me apasionaba!
Un dia mi empresa, en reconocimiento a mi trayectoria me regaló un viaje a la ciudad más romántica del mundo, a Paris, y me fui sola. Allí me paré a pensar… que quiero de ésta vida?¿Estar sola como ahora? Al fin de al cabo en mi empresa y en cualquier empresa soy y seré un simple número.
Ahora vivo en el campo, tengo mi propio negocio, pequeño pero me da para vivir. He tenido tiempo para conocer al amor de mi vida con el que comparto todo y está ahí. Ahora duermo toda la noche de un tirón, tengo la suerte de echarme la siesta cada día, salgo a pasear cada día, hago pilates, como sano y comida casera y no me hace falta ni maquillaje, por el buen color de cara que tengo. Todos mis problemas de ansiedad desaparecieron con mi maravilloso trabajo, ése al que dedicaba mi vida, cada segundo de mis fines de semana, cada dolor de cabeza todo se quedó allí. Y cada día doy gracias por la vida tan feliz que tengo, ése es mi secreto de belleza
