La Lecanomancia, es el proceso de adivinar el futuro por medio del sonido que hacen las piedras preciosas o semipreciosas en una vasija o frasco al caer. También, en algunas regiones, utilizaban las monedas, sobre todo en Roma, pero la técnica original se refiere a piedras y el sonido cuando caen en una vasija, si es de metal, mucho mejor. En ocasiones se arrojaban una a una para ir interpretando el sonido y poder vaticinar.
Las doncellas, tomaban un puñado o grupo de piedras, cuarzo color rosa, por ejemplo e iban arrojándolas una a una en la vasija y el sacerdote vaticinaba su futuro en el amor. La amatista y el ónix negro eran las preferidas para consultar en tiempos de guerra. El cuarzo blanco o transparente, era utilizado para conocer el sexo de los bebes antes de nacer. Cada piedra emite un sonido diferente al caer, que es interpretado por el consultor para predecir el futuro del consultante. Una practica bastante común en la antigua Grecia, sobre todo en los comerciantes, era el lanzar un grupo de cuatro o cinco piedras todas a la vez en un frasco de metal. Dependiendo del sonido, podrían establecer, si las ventas serian beneficiosas ese día o no.
En ocasiones, la vasija donde se tiraban las piedras se rompía o se agrietaba cuando era de cristal. Esto, sumaba un elemento adicional de análisis para el vaticinio. Cualquiera que fuera la pregunta, el romper la vasija o hacerle una marca era señal de infortunio o un mal presagio que influiría en el resultado final de lo consultado.