Autoconcepto

El autoconcepto se define como la imagen mental que cada persona tiene de sí misma; más específicamente, como el concepto que cada uno posee de sí mismo. El autoconcepto comienza a formarse desde que somos pequeños y en base a diferentes parámetros: apariencia física, habilidades cognitivas y sociales, destrezas, etc. Es una construcción dinámica; es decir, capaz de transformarse, cambiar, mudar. Como seres humanos somos capaces de modificar la concepción que tenemos de nosotros mismos en base a nuevas experiencias y a la influencia y retroalimentación con el medio que nos rodea (especialmente con nuestros vínculos más cercanos).

Debemos diferenciar al autoconcepto de lo que es la  autoestima y la autoimagen. Mientras el primero refiere al ámbito cognitivo (pensamiento), el segundo está más emparentado al amor propio (emociones) y el tercero a la imagen corporal (físico). Aunque valga aclarar que todas están íntimamente relacionadas; por ejemplo, no podemos tener una sana autoestima si nuestro autoconcepto es pobre o si nuestra imagen corporal no es objetiva.

Un autoconcepto positivo se vincula a una sana autoestima, a mayor tolerancia a la frustración, mejor manejo de las emociones, mayor capacidad para resolver y afrontar problemas y a una lectura más objetiva de la realidad.

4.4

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