Características de la pedagogía venenosa

Alice Miller ha enumerado las características de la pedagogía venenosa, así como las conductas paternas ausentes de la misma.

Dentro de aquellas conductas que pueden considerarse como propias de la pedagogía venenosa, se encuentran: criticar, avergonzar, molestar o burlarse del niño; no permitir que cuestione o se enoje con sus padres; ser impaciente, presionar o controlar excesivamente al niño; creer que el niño debe aprender a controlar sus impulsos y sentimientos tempranamente (especialmente el llorar y el control de esfínteres); creer que al niño se lo debe ver pero no oír, o que demasiado afecto puede ser perjudicial.

Las conductas que no se consideran propias de esta pedagogía son: expresar afecto al niño, besándolo y abrazándolo; respetar sus opiniones y ser comprensivo para con él; y animar al niño a ser curioso y a preguntar sobre las cosas que le despierten interés.

Las características de la pedagogía venenosa nos advierten sobre aquellas conductas que son perjudiciales para el desarrollo saludable de nuestros niños.

4.5

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