De diverso desarrollo

Hay trepadoras arbustivas, de tallo leñoso, como es el caso de la madreselva y la glicinia, e incluso lianas típicas de bosques y selvas, como la escalera de mono (Baushinia standleyi). En el otro extremo, también son trepadoras, gráciles herbáceas que se pierden con el frío, como el guisante o la capuchina.

Entre las herbáceas, la climátide es una de las trepadoras más apreciadas. Hay variedades que florecen a principio de primavera, otras en verano y algunas que vuelven a florecer en otoño. Destaca por la cantidad de especies que forman este grupo, las llamativas flores en diferentes colores y tamaños.

Por su condición,, las trepadoras se adaptan para la función que se las elige: proteger del viento, dar sombra, formar galerías verdes, embellecer muros o crear pérgolas umbrías.

Y sobre todo, el espectáculo que representan durante todo su ciclo, especialmente en otoño, cuando van a perder sus hojas y generan unas estupendas tonalidades.

4.6

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