El método de los esquejes de tallos es efectivo en plantas cuyos tallos sean blandos. Se ha de cortar un tallo de entre 6 y 10 centímetros de largo, y cuidándose que el corte que se realiza esté por debajo de un nudo del tallo. Acto seguido se coge el tallo y se elimina las hojas inferiores del tallo, teniendo en cuenta que hay que dejar hojas en el tallo y que, al menos, dos nudos queden al descubierto.
Esto que se acaba de decir hace que el tallo seleccionado no sea uno al azar. A este tallo ya preparado se le espolvorea con enraizador a fin de que las posibilidades de generar raíces sean mayores y se le introduce en la tierra. Para aumentar el éxito de nuestro trabajo es conveniente aislar del exterior nuestra futura planta con una bolsa de plástico a fin de preservarla humedad que tenemos en la planta. Se coloca la planta en un lugar donde haya calor y sombra.
Cuando se observen señales de crecimiento será el momento de retirar la bolsa pues significará que tenemos raíces. Sin embargo, hay que seguir manteniendo la humedad junto al calor y la sombra. Este es un momento delicado pues con la bolsa manteníamos un efecto invernadero del que ahora se va a carecer y habrá que tener mayor cuidado en cuanto a su humedad