Existen muchos tipos de abonos, especiales para casi cada planta y para diferentes etapas del año para la planta. Si está en crecimiento, si está en época de floración, etc…
Básicamente todo abono consta de tres elementos nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).
El nitrógeno, es esencial para el desarrollo de la planta. Promueve el crecimiento de la planta. Su ausencia puede hacer que la planta sea raquítica. Uno de los síntomas de la falta de nitrógeno las hojas amarillean.
Fósforo, favorece la maduración de las flores, fomentando su perfume y olor. Desarrolla las raíces y fortalece todo el ciclo vital de la planta. La carencia de fósforo se reconoce porque las hojas se oscurecen más de lo normal. La planta deja de florecer y las raíces dejan de crecer.
Potasio, es el responsable de la multiplicación celular, haciendo más resistentes los tejidos. Su ausencia muestra radicales cambios de color que pueden ser en tonalidades amarillentas o verdes muy pálidas con manchas de café.
Cuando en los envases vemos, en la etiqueta esta serie: N:P:K 15:15:15 Nos está indicando el tanto por ciento que hay de cada uno de los elementos. De hecho esta serie se corresponde con abono universal.
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