Uno de los peligros más importantes para nuestras plantas en invierno es el frío.
El suelo de la planta se enfría y hasta congela. Matando la raíz la planta muere, así que algo hay que hacer para que esto no ocurra. Para proteger la raíz, la tierra debe mantener una determinada temperatura. Es conveniente que se acerquen al sol, a fin de que les dé la máxima radiación posible, pero evitando las corrientes, que es un cambio brusco de temperatura que, quizá a corto plazo no le afecte pero que es un mal a largo plazo. Para proteger la raíz se puede usar paja, corteza de pino o cualquier otra corteza e incluso plástico.
Todos estos métodos hacen que la tierra esté protegida del frío así como mantener la humedad.
Si tenemos una planta joven podemos protegerla con un plástico de modo que mantenga la temperatura. Pero hemos de dejar una vía de transpiración.
Todos estos métodos se suelen compaginar con una pulverización de agua tibia. También una limpieza con agua con jabón protegiendo el suelo de la planta con un plástico.