Una de las grandes ventajas de estos muebles es que se pueden instalar en prácticamente en cualquier sitio. Así, las estanterías dispuestas en L son ideales para aprovechar esquinas y las baldas voladas sacan partido a los huecos de las paredes. Un buen lugar para poner unas estanterías sin quitar espacio a la estancia es sobre las puertas o a 15-30 cm del techo ocupando todo el perímetro de la estancia.
Además de la evidente función de almacenamiento, las librerías y estanterías pueden ser un buen recurso para disimular irregularidades arquitectónicas encajándolas en retranqueos, tapando paredes torcidas o integrando un pilar. Si el defecto es muy evidente, es muy práctico utilizar diseños con trasera. Las librerías se emplean también a menudo como un elemento separador entre dos ambientes de una misma estancia.
Además, respecto a la integración, se puede hacer de tal modo que se adapte a distintos materiales de modo que la estantería se integra perfectamente a los materiales que comprenden las distintas zonas.