El gusto por los realities va más allá del simple morbo que inicialmente causaron entre los televidentes. En un principio como toda moda crearon un gran revuelo pues el hecho de poder dar seguimiento a la intimidad de alguien más llamaba la atención de muchos.
Sin embargo tal furor se vio desviado hacia los famosos, pues quién querría pasar 24 horas conociendo a una persona extraña si se puede observar a las celebridades, con esto la moda se impuso sobre cámaras acompañando a toda hora a nuestros actores, actrices y cantantes favoritos, en sus casas, backstage, de gira o de paseo en un día normal.
Sin embargo el verdadero éxito de estos shows no está en los espectadores con morbo sino en personas que se identifican de una manera más cercana hacia la vida de alguien más independientemente de su grado de fama, sintiendo que no estamos solos y existe en el mundo alguien más con los mismos problemas o logros que nosotros.