A pesar de que en pleno siglo XXI seguimos luchando por que tanto hombres como mujeres reciban el mismo trato en todas las parcelas de nuestra sociedad, algo que tiene que ver con la igualdad, y no con anteponer los derechos de uno ni de otro, nos sigue llamando mucho la atención encontrar un grupo formado completamente por chicas. A estas alturas conocemos de sobra lo que son capaces de hacer cuando comienzan a tocar una guitarra, a aporrear la batería o a desgarrar sus potentes voces, pero todavía hay mucho cerrado que piensa que un grupo de chicas solo triunfa por lo llamativo y lo sensual de la propuesta, y no por la música en sí.
Seguro que las chicas de Butterfly han tenido que lidiar con esto desde el principio. A pesar de que el grupo nació hace muy poco, en Septiembre de 2011, estas chicas ya están dando mucho que hablar tanto en Valencia, su ciudad natal, como en el resto del territorio español. Cinco chicas que tienen ya un bagaje previo importante en otras bandas valencianas de diferentes estilos, y que deciden unirse para crear un proyecto de pop-rock enérgico, original y diferente. Muchos las habrán escuchado simplemente por el reclamo de ser una “banda de chicas”, pero detrás de eso, Butterfly son mucho más.
Y de eso nos damos cuenta en cuanto empieza a sonar la primera canción de su disco homónimo, llamada Detrás De Mi Razón. El sonido es fresco y potente, y el violín de Paula Aguilera le da un toque muy especial al sonido de la banda. En esta primera canción, además de la voz de Yoly Rojas, destaca el trabajo de Ophelia Alibrando a la batería, con unos cortes alucinantes que demuestran la calidad y el virtuosismo que aporta al grupo.
Hasta Despertar comienza mucho más melancólica, mostrándonos una nueva cara del grupo. La voz de Yoly tal vez peque de ser un poco monótona en esta canción. Las guitarras le dan una garra y una fuerza muy interesante al tema, sobre todo en los estribillos. El violín sigue dándole ese toque original y distintivo que seguramente las hace más especiales.
El inicio de Esclavitud es bastante prometedor, con unas estrofas tranquilas, que pasan a convertirse en un arrollador estribillo, de lo más potente que podremos escuchar en el disco. Y es que a estas chicas también les gusta la caña, y en este tema lo demuestran. Mucho más trepidante y rockero que los anteriores.
La Casa de Atrás nos lleva a los horrores de la guerra, poniéndose en la piel de Anna Frank, autora del célebre diario en el que relataba sus experiencias durante la Segunda Guerra Mundial. Un tema con mucha fuerza y una gran emotividad, al que sin embargo se le podría haber sacado más jugo en el tema de la letra, que puede ser demasiado simple para todo el tema que trata. Musicalmente, la canción es muy interesante y tiene un desarrollo muy bien construido.
Bella Despertó comienza con mucha fuerza, recordando por momentos a los primeros Mägo de Oz, gracias sobre todo a los arreglos de violín. Es uno de los temas más rápidos y rockeros del disco, y también uno de los mejores, con una estructura más original, un buen estribillo y unos buenos coros en la parte final, que podrían haber sido mejor aprovechados también en otros temas del disco.
El siguiente corte se llama World Dreams, y ya con el nombre nos hacemos una idea de que estará cantado en el idioma de Shakespeare. La canción suena más cercana al folk-pop en un primer momento, cogiendo fuerza antes de llegar al estribillo, pero sin perder aire folk. Una de las líneas melódicas más bonitas de todo el trabajo nos sumerge en un tema casi onírico. Sin desmerecer la labor como vocalista de Yoly, uno no puede evitar pensar en cómo quedaría este tema con otra voz con un registro más amplio y potente.
Con Sobre Mi Colchón vuelven a nuestro idioma, con un tema que comienza agobiante, que se desarrolla con la voz y el violín, en una progresión de acordes ciertamente original y que crea en el oyente una sensación de agobio y desasosiego, muy acorde con el tema de la letra.
El rock and roll y la caña vuelven de la mano de Butterfly, el tema que da nombre al grupo y al disco, y toda una declaración de intenciones por parte de estas chicas, que defienden sus convicciones y sus manera de ver la vida y la música, incluyendo estrofas en español e inglés, algo bastante curioso. Imaginamos que la canción sería concebida en uno de los dos idiomas, pero prefirieron combinarlos para hacerla estandarte de su estilo. Es una buena forma de conocer a este grupo, y un tema bien representativo de lo que hacen.
Después de la tempestad vuelve la calma, con la “balada” del disco, Para Soñar, un tema que suena muy bien, con una melodía espléndida llena de encanto y misticismo. En la segunda parte del tema, las guitarras distorsionadas ganan protagonismo, unidas al solo de violín, que sigue siendo el instrumento más identificativo del grupo.
El primer disco de estas chicas termina con una versión de Andrés Calamaro, Mi Enfermedad, un tema que queda genial en la voz de Yoly, que aquí parece desatarse un poco más a las voces, tal vez como debería haberlo hecho a lo largo del resto del disco. Un buen final para un disco completo, variado y con algunos momentos realmente inspirados.
A su favor tienen su juventud, la originalidad que le da el violín a sus temas y por supuesto, el hecho de ser cinco chicas. Algo que supone un arma de doble filo para Butterfly, porque habrá quien no las valore como se merecen solo por eso. Está claro que todavía les queda mucho camino por delante para aprender y mejorar, y seguramente grabar canciones con mejor calidad de sonido, pero todo se andará. Como primer paso, este Butterfly es una carta de presentación excelente que seguro que da mucho que hablar.
Manuel J. Palma
Butterfly son:
Yoly Rojas (voz y guitarra)
Geles Piquer (bajo)
Iosune Noguera (guitarra y coros)
Paula Aguilera (violín y coros)
Ophelia Albrando (batería)