Dependiendo de la incubación de la pareja de ninfas y del clima podemos encontrarnos con que la incubación dura entre 18 y 21 días. Tras ese periodo podremos asistir a la eclosión del huevo en caso de que todo haya ido bien y éste se encuentre fertilizado.
Tras la ruptura del huevo el polluelo suele salir sólo, y sin problemas, en unas 48 horas. Aún así pueden existir una serie de causas que lleven a que esto tarde más tiempo en producirse y deberemos estar atento a los diversos indicios por si hay algún problema.
Hay que tener en cuenta que si el clima de fuera es muy seco es probable que este periodo se dilate algo ya que la membrana interna se seca e impide que el polluelo salga fácilmente. Esto las hembras suelen tratar de paliarlo llevando agua al nido pero, en climas muy calurosos puede que no consiga mantener la humedad. En estos casos podemos tratar de humedecer los huevos por la mañana y por la noche con un algodón mojado para facilitar la salida del polluelo.
En casos normales no debemos ayudar al polluelo a eclosionar ya que podemos causarle daños. Mientras el polluelo absorbe la vesícula vitelina va realizando una rotación el huevo y rompiendo la cáscara; este proceso suele durar unos 10 minutos y solamente si vemos que se retrasa mucho es cuando deberemos intervenir.
