Si bien las embarazadas son famosas por sus extraños y recurrentes antojos, se dice que estos tienen una razón de ser, claro que no de manera tan exagerada como muchas películas los plantean, aunque también hay que reconocer que este síntoma es aprovechado por muchas futuras madres para consentirse, aún así como comentaba, en su mayoría un antojo determina aquel nutriente que es el momento el cuerpo necesita.
Por ejemplo, si sientes unas ganas incontenibles por un vaso de leche, un queso o una copa de yogurt, podríamos traducirlo como necesidad de calcio, así que aprendamos a escuchar a nuestro cuerpo. Por otro lado está el extremo que de igual forma debe ser atendido, pues bien se sabe de casos donde las embarazadas consumen tierra, barro u otras sustancias no sólo raras sino además que pudieran ocasionar un daño, ante estas señales más vale consultar al médico.
Por último para hablar de casos más recurrentes me queda aconsejar el disfrutar al máximo de esta etapa sin llegar a extremos que pudieran no hacernos tanto bien, un helado siempre será exquisito, un pastelito y un dulce, sin embargo recordemos el riesgo de padecer diabetes gestacional así como un exceso de kilos que después nos costará bajar.
